martes, 15 de marzo de 2011

Quisiera ser tan alta como la luna…

No tengo más remedio que inaugurar mi rincón en la red con una pequeña reseña sobre mi gran pasión, los zapatos, especialmente los tacones.

Y es que Cenicienta hizo mucho para que los zapatos se convirtieran en el tobogán de los sueños de las mujeres. Este complemento fetiche puede hacernos pensar en la posibilidad de encontrar el príncipe azul , llevar una vida de reina, tener un final digno de opereta, en definitiva, nos permite soñar…ya lo sabía Hollywood que siempre hizo aparecer a todas sus grandes artistas armadas con tacones, como a los hombres con pistolas. Bastaba con presentar ante los espectadores, tan ávidos sueños, un par de espectaculares zapatos de tacón fundidos a una rubia cualquiera con quien fantasear de camino a los problemas cotidianos.

Casi todas hemos sentido como Nora, la protagonista de la novela de Margo Glantz que unos zapatos de diseño nos ayudarían a hacer más llevadero el camino. Lo racional, cuando elegimos zapatos, sería recordar que su función es la de proteger del frío, de la humedad, de la suciedad y de las heridas, que resulte estético puede ser más o menos importante, pero lo esencial es que sea cómodo y sano. Será racional pero es poco estimulante y muy poco probable, Cenicienta pesa más.

La frase del escritor William A. Rossi, es simple y encierra cierta verdad, “los mejores amigos de la mujer no son los diamantes, sino los tacones”. ¿Son un vicio, una obsesión, un fetiche, unos amigos o un arma? Un arma, para convertir el estilismo más anodino en un potente look, para sentirse más sexy, más seguras y hasta más delgadas subidas a unos tacones de aguja. Los tratan como los vaqueros a su colt 45, “ te presto a mi novio, pero ni se te ocurra tocar mis zapatos ” reza el lema de una camiseta, intentando reflejar el poder del complemento rey.

Quizá muchas mujeres comparten con la cantante y actriz Bette Midler, la conclusión de que son un elemento necesario para el triunfo: «Dadle a una mujer el calzado apropiado y conquistará el mundo», dijo Bette.

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