La gata de los ojos violetas
Las televisiones y revistas llevan días rememorando la vida de la recientemente fallecida Elizabeth Taylor y este fin de semana quiero dedicarle mi particular homenaje, una sesión completa de sus películas, pero me costará mucho decidirme, pero La Gata sobre el tejado de zinc, sé que no puede faltar. Y es que esta cinta, además de una candidatura al Oscar, le valió un apodo que le viene que ni pintado porque Liz sí que ha vivido las 7 vidas de un gato: la mirada más famosa del cine, leyenda viva de Hollywood, ganadora de 2 Oscar, reina de las fiestas más desenfrenadas, agasajada con los diamantes más grandes del mundo, solidaria en su lucha contra el SIDA, pero sobre todo una enamorada del amor que a pesar de sus tormentosas relaciones y fracasos, no dudó en sumergirse en 8 matrimonios, 2 de ellos con el mismo hombre, Richard Burton.
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Richard Burton y Elizabeth Taylor, en 1965.- CORDÓN PRESS
La gata sobre el tejado de cinz junto a Paul Newman
Pero “the show must go on” y Liz se volcó en su trabajo, enlazando rodaje con rodaje: Gigante, La senda de los elefantes, De Repente, El Último Verano.
Una polémica relación con Eddie Fisher, marido de una de sus mejores amigas casi le cuesta el contrato con la Metro, pero Una mujer marcada (con una temática muy apropiada al momento que estaba atravesando en su vida personal) le valió su primer Oscar. En la ceremonia de entrega, se pudo ver a la actriz con una cicatriz de una traqueotomía.
Pero ella siempre resurgía y el cine le dio la oportunidad de hacerlo encarnando a toda una faraona, Cleopatra, larguísimo y carísimo rodaje con el que se convirtió en la 1ª actriz en cobrar un millón de dólares. Además conoció a Richard Burton con quien vivió una tormentosa pasión que les llevó a casarse dos veces y protagonizar sonados escándalos.
Juntos protagonizaron ¿Quién Teme a Virginia Wolf?, que también parecía escrita a medida para su relación y gracias a la que Liz ganó su segundo Oscar.
La muerte por SIDA de su amigo Rock Hudson a mediados de los 80 la llevó a implicarse intensamente en la lucha contra el virus apoyando a numerosas instituciones humanitarias.
Finalmente Elizabeth se ha bajado del tejado para ser despedida por A su familiares y amigos en una ceremonia íntima a la que, siguiendo sus deseos, ella llegó con más de 15 minutos de retraso, lista para convertirse en leyenda.
El rodaje de esta película fue una prueba más de resistencia, Elizabeth casada desde hace poco tiempo y madre de un recién nacido, perdió a su marido, Michael Todd, que sufrió un accidente de avión a bordo de su jet privado, The lucky Liz.
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